El desayuno influye positivamente en el rendimiento físico e intelectual en ellos, ya que cuando no desayunan, tienen una menor capacidad de atención y concentración en el colegio y en sus estudios, aumentando el riesgo de fracaso escolar.
Cuando un niño/a no desayuna, está en ayunas durante más de 12 horas, pasando de la cena hasta la comida sin alimentarse