Los especialistas afirman que es un grave error que un menor salga de casa sin consumir ningún alimento. El desayuno influye positivamente en el rendimiento físico e intelectual en ellos, ya que cuando no desayunan, tienen una menor capacidad de atención y concentración en sus estudios.
Debemos garantizar que todos los menores cuenten con las mismas oportunidades independientemente de su situación familiar, si unos desayunan y otros no, ya no están en igual de condiciones, porque unos rendirán más que otros, al estar mejor alimentados.
Por desgracia, las ayudas públicas no cubren todas las necesidades básicas de las familias con niños/as para salir del riesgo de exclusión social y llegar a la renta media de ingresos (el umbral de riesgo de pobreza para una familia de adultos con 2 niños/as está en 16.652,3 euros al año).
Se calcula que 3 de cada 10 niños se van a la cama sin cenar y al colegio sin desayunar. Cerca de 300.000 familias con niños pasan hambre. Unicef España alertó de que más de 2 millones de niños se encuentran bajo el umbral de la pobreza. Esto provoca que los niños vayan al colegio con muy poca energía, alicaídos y con dificultad de prestar atención en clase; perjudicando no solo su rendimiento escolar sino también su salud. Las enfermedades a causa de la mala alimentación se multiplican debido a la falta de hierro, proteínas y calorías.
Nos encontramos con niños y niñas con situaciones de malnutrición infantil, con ingesta insuficiente de alimentos en determinados momentos del día o épocas del año para satisfacer las necesidades alimenticias propias de su edad u otras manifestaciones de malnutrición infantil. Infantes que no tienen una alimentación suficientemente equilibrada, con dieta pobre, sin ingerir la diversidad de nutrientes necesarios.